La pasión de Geyer hacia el teatro fue compartida por su hijastro, que empezó a tomar parte en las actuaciones. En su autobiografía, Wagner recordó haber desempeñado en una ocasión el papel de un ángel. Asimismo, el muchacho quedó fuertemente impresionado por los elementos góticos de El cazador furtivo de Carl Maria von Weber. A finales de 1820, Wagner fue inscrito en la escuela Wetzel de Possendorf, cerca de Dresde, donde recibió algunas lecciones de piano de su profesor de latín. No era capaz de realizar una escala correcta, pero prefería interpretar oberturas teatrales de oído. Geyer murió en 1821, cuando Richard tenía ocho años. En consecuencia, Wagner fue enviado a la Escuela de Gramática Kreuz en Dresde, cubriendo los gastos el hermano de Geyer. El joven Wagner alimentaba sus ambiciones como dramaturgo, constituyendo su primer esfuerzo creativo una tragedia, Leubald (listada como WWV 1), que comenzó en la escuela y que estaba fuertemente influida por Shakespeare y Goethe. Wagner, decidido a musicarla, persuadió a su familia para que le permitiese tomar lecciones de música.
En 1827, la familia regresó a Leipzig. Wagner recibió sus primeras lecciones de armonía entre 1828 y 1831 con Christian Gottlieb Müller. En enero de 1828 escuchó por primera vez la Séptima sinfonía de Beethoven y, a continuación, en marzo, la Novena sinfonía interpretada por la Gewandhaus. Beethoven se convirtió en su inspiración y Wagner escribió una transcripción para piano de la Novena. También estuvo muy impresionado por la representación del Réquiem de Mozart. De este periodo datan las primeras sonatas para piano de Wagner y sus primeros intentos con oberturas orquestales.
En 1829 vio a la soprano dramática Wilhelmine Schröder-Devrient en escena y se convirtió en su ideal de fusión de música y drama en la ópera. En su autobiografía, Wagner escribió: «Si contemplo mi vida en retrospectiva como un todo, no puedo encontrar ningún acontecimiento que produjera una impresión tan profunda en mí». Afirmó haber visto a Schröder-Devrient en el papel de Fidelio; sin embargo, parece más probable que viera su representación como Romeo en I Capuleti e i Montecchi de Bellini.
Se matriculó en la Universidad de Leipzig en 1831, donde se convirtió en miembro del Studentenverbindung de Sajonia en Leipzig. También recibió lecciones de composición con el cantor de la iglesia de Santo Tomás, Christian Theodor Weinlig. Weinlig estaba tan impresionado con la habilidad musical de su alumno que rechazó cualquier remuneración por sus lecciones y arregló la Sonata para piano en si bemol de Wagner (lo que hizo que este se la dedicara) para que fuera publicada como el opus n.º 1 del compositor. Un año después compuso su Sinfonía en do mayor, una obra de influencia beethoveniana interpretada en Praga en 1832 y en la Gewandhaus de Leipzig en 1833. También comenzó a trabajar en una ópera, Die Hochzeit (La boda), pero abandonó la idea debido al desagrado de su hermana por el argumento y nunca terminó dicha obra.
En 1833, su hermano mayor, Karl Albert, le consiguió un puesto como director del coro de Wurzburgo. Ese mismo año, cuando tenía veinte años, compuso su primera ópera, Las hadas. Dicha obra, que imitaba claramente el estilo de Carl Maria von Weber, no se estrenaría hasta 1884 en Múnich, poco después de su muerte.
Mientras tanto, Wagner aceptó un breve cargo como director musical del teatro de la ópera de Magdeburgo, durante el que compuso La prohibición de amar, ópera inspirada en Medida por medida de William Shakespeare. Fue representada en Magdeburgo en 1836, pero clausurada después de la primera representación, dejando al compositor (como llegaría a ser frecuente) con serias dificultades financieras. En 1834, Wagner se había enamorado de la actriz Christine Wilhelmine «Minna» Planer. Después del fracaso de La prohibición de amar, la pareja se trasladó a Königsberg donde ella lo ayudó a encontrar un trabajo en el teatro. Se casaron en la ciudad el 24 de noviembre de 1836. En junio de 1837, Wagner se trasladó a la ciudad de Riga, entonces parte del Imperio ruso, donde se convirtió en director musical de la ópera local. Tras algunas semanas, Minna abandonó a Wagner por otro hombre. Poco después ella regresó, pero la relación nunca se recompuso del todo y transcurrió penosamente durante las tres décadas siguientes.
Sumidos en deudas, los esposos abandonaron Riga de manera furtiva en 1839 para escapar de sus acreedores (las deudas acuciaron a Wagner durante la mayor parte de su vida). Partieron hacia Londres y en el trayecto, con su perro terranova Robber, fueron víctimas de una tormenta que inspiró a Wagner El holandés errante, basada en una obra de Heinrich Heine. Los Wagner vivieron una temporada en París, entre 1839 y 1842, donde Richard se ganó la vida escribiendo artículos y reorquestando óperas de otros compositores, en gran medida para la editorial Schlesinger. También completó su tercera y cuarta ópera, Rienzi y El holandés errante, durante dicho periodo. Su alivio por abandonar París y trasladarse a Dresde lo mencionó en su Autobiographische Skizze (Esbozo autobiográfico), de 1842: «La primera vez que vi el Rin, con cálidas lágrimas en mis ojos, yo, pobre artista, juré fidelidad a mi patria alemana».
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