El boletín clandestino No Podemos Callar fue editado entre septiembre de 1975 y enero de 1981. En sus páginas se encuentran denuncias tempranas sobre violaciones a los Derechos Humanos sufridas por miles de chilenas y chilenos, reflexiones acerca de la implementación de las políticas neoliberales por parte de la Dictadura, debates acerca del modo cómo la Iglesia Católica debía conducirse en estas circunstancias y las contingencias que hacían el día a día de esos años oscuros. De una manera informada y cuidadosa en sus formas, No Podemos Callar constituyó una intervención pública cristiana que se enfrentó políticamente a la dictadura en un momento en que las posibilidades para las expresiones disidentes habían sido casi completamente canceladas. Con esta intervención el colectivo que sostuvo la revista fue forjando una actitud crítica que, dispuesta a arriesgar su vida cuando se atentaba contra la dignidad humana, se desplegó como si fuera una razón pública religiosa. Los ejemplares de la revista, por un lado, dan cuenta de la circulación de información sobre los crímenes de lesa humanidad –muchas veces supuestos como invisibles y negados de forma contumaz- y de una reflexión temprana acerca de las enormes transformaciones que experimentaba la sociedad chilena del periodo. Por otro lado, son testimonio de la insistente porfía con que un puñado de cristianas y cristianos buscaron incidir en una esfera pública que aunque opacada, seguía existiendo como un espacio de acción política y reflexividad.
Colectivo No Podemos CallarLa revista Policarpo surgió como una continuación de otra publicación clandestina llamada "No Podemos Callar", de la cual también fue responsable el Padre José Aldunate, S.J. Debido a la persecución de los organismos de seguridad durante la dictadura militar en Chile, "No Podemos Callar" tuvo que cambiar su nombre a "Policarpo" para poder seguir circulando y denunciando las violaciones a los derechos humanos y la situación social del país.
Policarpo se convirtió en una voz valiente y crítica en tiempos difíciles. A través de sus páginas, se ofrecían análisis, denuncias y opiniones desde una perspectiva católica comprometida con la justicia social y la defensa de los más vulnerables. La revista jugó un papel significativo en mantener viva la conciencia crítica y en articular la oposición a la dictadura desde los espacios eclesiales.
El Padre José Aldunate, S.J., con su incansable labor y compromiso con los derechos humanos, fue una figura clave detrás de esta importante publicación. Su liderazgo permitió que Policarpo se mantuviera como un faro de esperanza y resistencia durante esos años oscuros.
Hoy en día, la revista Policarpo es recordada como un símbolo de la lucha por la verdad y la justicia en Chile. Incluso se han realizado investigaciones y publicaciones recientes que buscan rescatar y analizar el contenido de esta valiosa fuente histórica.